Hay un lugar en Moscú donde todos los enamorados deben hacer una parada o, mejor dicho, colgar su candado del amor. No es otro sitio que el Puente del Patriarca.
Ya sabemos que ésta moda no es nueva y que viene proliferando desde hace más de 5 años en otras ciudades como Roma o Florencia, en Italia. Pero es que Moscú va un paso más allá, y no se conforma con el simple puente metálico atestado de candados. Ellos innovaron con el ya conocido árbol del amor. Una manera de evitar las malformaciones del puente debido al peso del metal que surgió en 2006.
Los enamorados pueden colocar sus candados en esta nueva estructura de metal y lanzar la llave al río sin miedo a que las autoridades lo quiten. Os encontraréis candados de toda clase, aunque los que proliferan son los que tienen forma de corazón en rojo pasión. Cuando el árbol está lleno, se traslada hasta el puente Tretiakovsky, conocido popularmente como Puente de Lushkov, para convertirse en un verdadero “bosque nupcial”. El amor no terminará en Moscú, sino que seguirá brotando por sus ramas, o al menos es lo que ellos pretenden, lo demás, está en vosotros.
Foto| Alan Trotter