A nadie le amarga un dulce. Reconozcamos que, cuando viajamos, a todos nos encanta conocer esos trucos con los que ahorrar algo de dinerito. ¿Será porque nos hace sentir menos turistas?
Moscú tiene mucho de enigma… ¡y su transporte público no es una excepción! Localizar la entrada al metro es la parte fácil (busca una letra M grande y roja), el reto es moverse por él sin perderse, ¡toda una experiencia! Conviene tener claro que funciona de maravilla pero que no hay ni una sola indicación en inglés, así que te aconsejamos que te fijes en los colores de las líneas (te será útil saber que la marrón es la circular y que corta con todas las demás, que son radiales). Te recomendamos también conseguir un buen mapa del metro de Moscú y armarte de humor y paciencia, especialmente en la temida hora punta (de 8.00 a 9.00 y de 17.00 a 19.00), cuando en sus túneles se concentran miles de moscovitas. ¡Eres joven, se valiente!
Parece hacerte con tu ticket, recuerda que todo el metro de Moscú es zona única (no hay divisiones). Elige entre adquirir un billete sencillo por 30R o, mejor aun, ir en plan barato y ahorrar comprando 11 o 20 viajes. Si eres estudiante en la universidad de Moscú, tienes descuento con la tarjeta inteligente (smart card) de un mes (350 rublos).
Una cosa gratis que visitar en Moscú son las propias estaciones de metro, algo así como un extraordinario museo subterráneo. Curiosamente, la guerra es el motivo de su bella decoración, pues fueron construidas para hacer las veces de refugio y por ello se procuró que resultaran agradables. ¿Las más interesantes?: Kievskaya, Komsomolskaya, Mayakovskaya, Ploshchad Revolutsii, Arbatskaya y Chkalovskaya.
Foto| Marita Acosta.