Quién se iba a imaginar que tras subir unas escaleras pudierais retroceder a la época dorada del tango, es decir, a los años 40. Es lo que ocurre si os dirigís a la calle Almagro en Buenos Aires y emprendéis el camino empinado hacia Catedral Club.
Un local de ambiente bohemio de 1880 considerado parte del patrimonio cultural artístico y turístico del barrio. Al atravesar sus puertas, deberéis cruzar el escenario para llegar a las mesas, si es que queréis observar un poco antes de lanzaros. Todos los días hay clases de tango, pero si lo que buscáis es una lección básica, será mejor que asistáis el domingo. Si no os viene bien, no os preocupéis porque el resto de la semana las clases están dirigidas para todos los niveles.
Así que vamos allá, unas clases de tango y luego una cena. Buscad una mesa para saborear la carta vegetariana que os ofrece Catedral Club. Lo que tiene más éxito son sus pizzas, así que ya sabéis qué debéis pedir 🙂
Foto| Formfaktor