Cuando pensáis en un bar os imaginaréis música alta que se escucha desde la calle, gente agolpada en la puerta, un gran cartel en la entrada e incluso un portero a las puertas. Sin embargo, todo ese pensamiento pasa a ser erróneo si nos adentramos en los bares secretos que se esconden por Buenos Aires.
Una moda actual heredada de los años 20 estadounidenses, cuando la famosa ley seca se implantó en el país y era casi imposible conseguir una copa de alcohol. La estética romántica e incluso retro es lo que han adoptado bares como el ocho7ocho, donde para entrar deberéis llamar a sus puertas. Una coctelería clásica que fue nombrada en el año 2009 uno de los mejores bares secretos por De Guardian.
Pero no se puede hablar de ocho7ocho sin mencionar a Puerta Uno, que lo sigue muy de cerca. Este local se convierte en el sitio ideal si lo que buscáis es algo más juvenil, espacios más oscuros, música alta y un horario que os permitirá continuar la fiesta hasta la madrugada. Que no os engañe su apariencia externa, golpead varias veces la puerta en el barrio chino, ¿le diréis a alguien dónde os encontráis o preferiréis permanecer ocultos?
Foto| Gonzalo_ar
