Comer rico y barato en Bruselas no sólo es posible, si no que es más que probable. En la capital de Bélgica, los jóvenes se pasean con sus raciones de crujientes patatas fritas, sabrosos mejillones, dulces gofres o irresistible chocolate. Y como dijo un sabio: allá donde fueres, ¡haz lo que vieres! No se nos ocurre mejor manera de ahorrar en comida, dándole de paso gusto al cuerpo.
Los mercadillos de fin de semana, tanto en Amberes como en Bruselas, son una excelente opción para que tus amigos y tú desayunéis bien y por poco dinero. Márcate una ruta a pie de lo más molona, arrancando con la visita al mercado de Sant Gilles (pequeño, de fruta y verdura), en el distrito del mismo nombre. De camino a la siguiente parada, el de Midi, irás descubriendo un montón de bares y cafeterías alternativas e interesantes, como el Bar Potemkin (un antiguo cine) o la Casa del Pueblo. Ya en la Comuna de Anderlecht, donde se encuentra el gran mercado de Midi, sorprende a tus amigos con este plan: merendar té con m,semen, delicioso y barato. ¡No te arrepentirás! Ahí, lo típico es volver cargado de enormes porciones de queso feta, fruta y verdura, ¡a ver si te resistes! Por último, finaliza la ruta a pie por los mercados de Bruselas en el de las pulgas (distrito Marolles), donde la gente joven y moderna rebusca entre mil y un cachivaches retro y ropa de segunda mano.
Foto| Marita Acosta