
“El trono de Dios fue construido sobre el agua” dicho y hecho, así lo recoge el Corán y el rey Hassan II lo tomó al pie de la letra para construir la mezquita que lleva su nombre sobre el océano Atlántico. Si estáis pensando visitar Casablanca os tenéis que apuntar como parada obligatoria.
Construida en 1986 e inaugurada en 1993, la mezquita Hassan II esconde un par de secretos que os desvelaremos. Para empezar, debéis de fijaros en su enorme plataforma que es la que la sostiene literalmente sobre el Atlántico. Pero donde seguro que se os va la vista es hacia su enorme minarete, 210 metros de altura que lo convierten en el más alto del mundo. Echa la vista general, debéis de entrar y mirar hacia la cubierta corrediza de la sala de oraciones para poder observar el mar y el cielo, uno de los sueños de Hasan II hecho realidad. Y ya que estáis dentro, os llevaréis otra sorpresa al comprobar que el templo cuenta con la más avanzada tecnología como el suelo con calefacción y las puertas eléctricas.
La visita se debe de realizar con un guía cuyo precio ronda los 11 euros, ya que es la única forma en la que está permitida su entrada para los no musulmanes. Lo único que os queda es esperar en su explanada exterior al atardecer y comprobar cómo se une el sol con el mar.
Uno más de los encantos de Casablanca…
Foto| Milamber