Descubre los secretos del Tiergarten en Berlín

Es bien sabido por todos que el ambiente, tanto diurno como nocturno, está más que garantizado en Berlín. Razón de más para regalarte un momento de descanso en un entorno que invite a reponer las fuerzas de cara al siguiente evento. Y por suerte para quienes todavía no han encontrado un momento para cruzar el charco y visitar el Central Park de Nueva York, uno de los parques urbanos más increíbles permanece a tiro de piedra con no pocos secretos por descubrir en cada uno de sus más recónditos rincones: el Tiergarten de Berlín, un entorno natural de enorme belleza repleto de atractivos (y espacios idílicos donde dormir a pierna suelta).

Distintos diseñadores especializados en parques urbanos han ido dándole forma hasta día de hoy al Tiergarten, conformando el pulmón verde al que tanto propios como ajenos acuden para disfrutar de las soleadas mañanas que hacen de esta ciudad un destino radiante como pocos en Europa.

De igual forma que otros parques situados en ciudades con fuertes raíces imperiales (como el Parque del Buen Retiro en Madrid), el Tiergarten fue concebido inicialmente allá por el siglo XVI como un espacio de caza para los miembros de la realeza (jabalíes y ciervos), siendo abierto al público un par de siglos después. Lo que vienen siendo un par de golpes de minutero en un reloj de pared.

En sus inmediaciones encontraremos multitud de enclaves emblemáticos para visitar, como es el caso de la Puerta de Brandemburgo (símbolo de Berlín), el Parlamento Alemán o el Palacio de Bellevue, lo que sin duda eliminará cualquier duda sobre si incluir o no la visita al Tiergarten en tu agenda de viajante ávido de experiencias culturales.

Entre sus puntos más destacados del parque encontramos la archifamosa Columna de la Victoria, que se alza en pleno centro del parque con casi setenta metros de altura y un mirador desde el que vislumbrar la ciudad de Berlín en todo su esplendor. El zoológico de Berlín también encuentra su sitio en el parque, siendo uno de los más antiguos y con mayor variedad de especies de Europa. Por último, el Monumento a los soldados soviéticos caídos durante la II Guerra Mundial y los impresionantes tanques que lo flanquean nos dejarán con la boca abierta antes de dar por concluida nuestra visita al Berlín.

Así que ya lo sabes: si la noche de ayer hizo estragos en tu libro contable de horas dormidas, date un salto al Tiergarten para recargar las baterías en pleno espacio natural.

Foto | Flightlog