Descubre un Berlín en ebullición en Friedrichshain

Berlín es la ciudad en la que tienes que empezar a poner el punto de mira sin falta por cientos de razones, y una de éstas es la particular forma con la que sus habitantes viven su ciudad. Quizás sea debido al espíritu de libertad que parece haber dejado la ruptura del muro, pero está claro que el berlinés disfruta de su ciudad tal como es, sin atento a los pequeños perfeccionismos de otras ciudades. Y esto hace que Berlín sea un sitio que mole mucho.

Es de las pocas ciudades donde nadie parece dar importancia a los grafittis que colorean los edificios, sus puertas e incluso ventanas, que se van acumulando dándole a la ciudad un aspecto rebelde difícil de imaginar sin acudir a conocerlo. Los carteles de conciertos y fiestas se van acumulando en las farolas capa tras capa (hasta formar auténticas corazas alrededor de éstas) sin que nadie se preocupe por retirarlos. De nuevo, Berlín es una ciudad práctica donde nadie presta atención a estos pequeños detalles sin que esta deje de ser una ciudad moderna y acogedora.

Y uno de los distritos que mejor representan este espíritu es el de Friedrichshain (situado sobre el río Spree no lejos del centro histórico de la ciudad) la zona perfecta para buscar un alojamiento a buen precio e integrarte en modo directo en la cultura berlinesa. ¿Qué vas a encontrarte en este punto neurálgico de Berlín? Decenas de restaurantes donde tomarte un brunch para empezar el día, pizzerías y todo tipo de restaurantes con una esencia difícil de encontrar en otras ciudades del mundo. Gente paseando por la calle, mercadillos los fines de semana y parques donde la gente disfruta su ciudad al máximo.

Además, para aquellos que no disfrutan cuando acaba la fiesta, la zona de Friedrichshain es una apuesta segura: en sus inmediaciones (aunque ojo a las distancias, Berlín es una ciudad enorme) se encuentran algunos templos de la fiesta como el Sisyphos (un garito chulísimo con arena de playa, hoguera a media noche y los mejores Dj´s), el Matrix Club o el legendario Berghain, todos ellos de puertas abiertas de forma discontinua de viernes a lunes.

Berlín tiene mucho para ver, pero todo aquello digno de conocer y que no encontrarás en las postales lo tendrás que ir a conocer a Friedrichshain.

Foto | Peter Dargatz