Casablanca, hay que verla. Y no, no nos referimos al clásico del cine en blanco y negro de los años 40 (que también), sino a esa ciudad llena de multitud de colores, olores y sabores y de nombre sugerente. Hoy, te animamos a aterrizar en Marruecos y entrar por la puerta grande.
No hace mucho, te explicamos por qué Casablanca tiene mucha marcha. Y claro, en algún momento, entre visita y baile, necesitarás una cama para dormir y darle reposo al guerrero que llevas dentro. Si el tuyo es un presupuesto ajustado, toma nota de lo siguiente: que el albergue juvenil de Casablanca es un must (6 Place Abmed Al Bidaoui, Ville Ancienne). No es la única opción de alojamiento barato pero sí una que te permitirá dejar la mochila y ahorrar un poquito para sumergirte, desde su ubicación en la entrada a la Antigua Medina, en los encantos de una ciudad donde se come por poco y se disfruta mucho. Recuerda que la arena dorada de Corniche te espera aunque, como no solo se vive de sol y playa, no te vayas de Marruecos sin visitar la imprescindible Mezquita Hassan II (Boulevard Sidi Mohammed Ben Abdallah), que es nada más y nada menos que el templo más alto del mundo.
¿Volamos juntos?
Foto| Laura0509