¿Esquí a un paso de Santiago de Chile? Yes, you can!

– ¿Qué te parece si salimos de Santiago y organizamos un fin de semana de esquí con los amigos?

– Pero, ¿te refieres por aquí cerca?

– ¡Pues claro! ¿No sabes que algunas de las mejores estaciones y pistas quedan a nada de la capital?

A veces a Santiago de Chile le pega por estar gris. El humo se acumula y el cuerpo pide salir a explorar el país, hacer un poco de deporte y pasar un fin de semana diferente. Chile, que lo tiene todo, no podía dejar de ofrecer esquí del bueno. Además lo pone fácil, pues los santiaguinos pueden elegir entre varias de las mejores estaciones del país sin tener que alejarse mucho de la capital.

¡Pasemos a la acción!

La mayoría de las estaciones de esquí de Chile se encuentran a menos de una hora de Santiago en coche. De las pistas más cercanas, las más baratas son las 13 de Lagunillas, separadas de la ciudad por 67 kilómetros de nada. Hay que elegir entre pasar el día o dormir una noche, todo vale, todo es posible.

Más cercanas (alrededor de 40 kilómetros) pero más caras son las 4 estaciones que se concentran en los valles del río Mapocho, conocidas como Tres Valles. De entre ellas, la más barata y cercana es Farellones, la primera que abrió en Chile. ¿Otro de sus atractivos? Es la única que realmente cuenta con actividades de apreski.

Conviene saber que no se puede llegar en transporte público a las estaciones de esquí cercanas a la capital. No pasa nada. Una manera de subir a las pistas es a través de un servicio de monovolúmenes y pequeños autocares de varias empresas que salen de la zona noroeste de Santiago, en la comuna (barrio) de Las Condes.

Dicho esto, y como diría un chileno, haz una vaca (junta dinero entre varias personas para un fin común) y escápate a esquiar. Teniendo el deporte y la acción tan cerca de la ciudad, más cómodo es imposible, ¿no? Iberia Joven te lleva a Santiago de Chile al mejor precio, aprovecha lo que ahorras en el vuelo y apúntate a todas las actividades en destino que puedas, ¡Chile lo vale!

Foto | César Acebal