Estrasburgo, no te la puedes perder

¿Te encuentras en Francia por estudios o haciendo prácticas? ¿Tienes previsto viajar con amigos al país galo para descubrir lo más interesante de la república cuyo universal lema es Liberté, égalité, fraternité? Entonces, apunta en tu plan una excursión a Estrasburgo, ciudad francesa imprescindible. Seguro que te suena por su vinculación con el mundo de las instituciones europeas.

¿Dónde está?

La importante ciudad de Estrasburgo, muy bien comunicada en transporte público con el resto del Francia, forma parte de la conocida región histórica y cultural de Alsacia. Esta, codiciada por todos, fue durante más de 300 años objeto de disputa y rivalidad entre Francia y varios estados alemanes. Hoy, por contra, se caracteriza por ser una ciudad tranquila, bonita, cuidada, agradable y tesorera de infinidad de edificios interesantes, no solo antiguos.

¿Qué hacer?

Dedica el día o el fin de semana a recorrer Estrasburgo y empaparte de su historia.

Cámara en mano, empieza la jornada de turisteo con un entretenido paseo en barco por el río: es la mejor manera de situarse y ver lo más importante de Estrasburgo, declarada en 1988 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Mira hacia arriba a través del techo de cristal del barco y toma fotos de rincones como la encantadora Petite France o el monumental barrio imperial alemán, todo mientras la embarcación atraviesa divertidas esclusas. Infórmate sobre los descuentos para estudiantes en el precio de la actividad.

De vuelta en tierra, la lista de lugares de interés de Estrasburgo continúa. Es larga y jugosa, empezando por su imponente catedral, a cuyos pies te sentirás muy pequeño. Con su altura, es una de las más fotogénicas del mundo. Vale la pena subir al campanario (¡no hay ascensor!) a través de unas estrechas escaleras de caracol, ¡toda una experiencia!

A la hora de comer, en Estrasburgo son muy típicos los caracoles que, cocinados de una manera muy original -regados con una salsa verde súper jugosa-, son enormes y deliciosos. Elige para ello la Petite France, uno de los barrios más pintorescos de Estrasburgo, antaño feudo de curtidores, pescadores y molineros. Te será fácil encontrar algún restaurante, café o terraza junto al río con opciones populares por poco dinero.

Foto | Gramma Photography