
A 2 horas de la capital de Perú se encuentra la Reserva Nacional de Paracas. El plan que proponemos no es nada caro y se puede enfocar como una excursión de un día.
Una buena base para emprender la aventura es Pisco. Ahí, en alguno de sus alojamientos baratos o en cualquiera de sus agencias, se puede contratar la excursión para el día siguiente, así como hacer noche por poco dinero. Eso sí, nunca pagues sin pedir factura o sin saber el nombre de la compañía con la que vas a hacerla.
La idea es un súper plan de todo un día: excursión en barca a las islas Ballestas por la mañana y a Paracas por la tarde. Habrá que madrugar y mucho, aunque en los viajes, ¡ya se sabe! Los de la agencia te recogerán en el alojamiento y te llevarán hasta la barca turística que cubre la ruta a las islas Ballestas. Suele ser cómoda, y durante la travesía se avistan leones marinos y todo tipo de aves. Las islas Ballestas quedan justo fuera de la reserva, debido a la actividad de extracción de “guano” (inconfundible por su color blanco que mancha las paredes de las rocas).
En el recorrido por la Reserva de Paracas se dedica un tiempo a observar el conocido como “Candelabro”, ubicado al noroeste de la bahía. Tras el nombre se esconde un «geoglifo» (canales grabados en roca) que tiene una extensión de 120 metros. Se le denomina también Tres Cruces o Tridente. Muy llamativo y fotogénico.
De regreso se enlaza con la excursión a pie por la Reserva Natural de Paracas. Desde el puerto te conducen hasta el parque con un microbús y allí, descubres rincones desérticos increíblemente bellos. Un consejo es que llevéis vuestra propia comida, ya que comprar algo en la reserva es caro. Tras la visita, te montan de nuevo en el microbús y te dejan de vuelta en el centro de Pisco. De ahí se puede continuar de ruta por Perú, por ejemplo hasta Ica (45 minutos), una ciudad del centro sur del Perú donde te esperan las mejores dunas del país.
Foto | Cédric Liénart