Resulta sorprendente como ciudades con un ritmo frenético como Buenos Aires mantienen aún pequeños remansos de paz y espiritualidad donde echarse a un lado y tomarse una pequeña pausa para continuar disfrutando del dinamismo de la urbe bonaerense. Y esto sucede precisamente en el Jardín Japonés, una pequeña muestra del país nipón en pleno corazón de la capital imprescindible para compartir en tu cuenta de Instagram.
Mágico, revitalizante o de ensueño son algunos de los adjetivos que podrás emplear como hashtags para reflejar la sensación de pasar de estar entre rascacielos a encontrarte como por arte de magia entre cascadas y riachuelos poblados de carpas doradas, con sus puentes rojos cuidados hasta el último de los ornamentos. El Jardín Japonés es además un enclave declarado bien de interés histórico para la Nación, lo que da buena cuenta de su importancia para la ciudad.
Desde los árboles hasta las construcciones de madera o las plantas y los peces que pueblan cada pequeño estanque, todo detalle en este jardín es una fiel reproducción del Japón más auténtico, como conmemoración a la unión infinita entre los dos países desde el año 1967 (y esperemos que así sea durante mucho más tiempo).
Un jardín japonés no podría ser tal si su correspondiente vivero donde podrás admirar la minuciosidad y disciplina propia de la cultura japonesa en cada bonsái, además de orquídeas y azaleas para regalar. Junto al vivero encontrarás también un salón de exposiciones con pequeñas pero muy significativas muestras del arte japonés, muchas de las que bien podríamos denominar el colmo de la paciencia por el nivel de detalle en cada una de ellas.
Además, en el Jardín Japonés se ofrecen multitud de actividades propias de la cultura nipona que podrás reservar con antelación para darle un toque oriental a tu viaje a Buenos Aires (a donde podrás volar a partir del próximo mes de febrero en nuestro nuevo A350, un milagro aéreo de la ingeniería de próximo estreno en Iberia).
Así que desde clases de origami hasta unas llaves de karate, de todo esto podrás disfrutar en el Jardín Japonés de Buenos Aires. Eso sí, ten cuidado con no bailarte un tango y salir pegando patadas voladoras a diestro y siniestro.
Foto | K.B.L. Luccia