La llaman la “Perla del Adriático” y no sin buenas razones para hacerlo. ¿Será por tratarse de una de las ciudades medievales más espectaculares construidas al mismo borde del océano? ¿O será por la historia que esconde entre sus murallas y castillos de épocas remotas? En cualquier caso, la ciudad de Dubrovnik es un destino de los que tienen prácticamente de todo para hacer y visitar, así que nunca será mal momento de poner rumbo a la costa croata.
Dubrovnik se encuentra en el extremo más al sur de Croacia, casi queriendo dejarse caer hacia la punta donde el país encuentra su frontera con Montenegro. Las temperaturas en aquellas latitudes no pueden ser más mediterráneas (ojo con el calorcito veraniego) y la ciudad se presta a una buena exploración en profundidad de sus calles (y también de sus terrazas y chiringuitos, como no podía ser de otra manera en una zona costera).
Durante el día, la ciudad de Dubrovnik es todo historia y arquitectura de rasgos medievales. Las murallas son para caerse de espaldas y sus quince torreones dan buena cuenta del tipo de conflictos a los se enfrentaban este tipo de ciudades -de emplazamientos estratégicos muy codiciados- allá por el siglo X (¿recuerdas aquellos tiempos en que no había smartphones ni Instagram…? Pues hasta allí nos vamos).
Y cuando cae la noche, la ciudad de Dubrovnik se convierte en un centro festivalero con muy poco que envidiar a a las principales capitales europeas. Un casco antiguo cargadito de bares y las noches cálidas del Mediterráneo lo convierten en la perdición para aquellos que buscan buena fiesta y ambiente animado durante toda la noche.
En Dubrovnik la fiesta se va gestando intramuros, siempre dentro el perímetro que delimitan sus enormes murallas. Entre callejones empedrados y calles angostas encontrarás garitos como Buza Bar, una terraza situado en lo alto de un acantilado frente al mar cuyas vistas te van a quitar el hipo. Otra opción es el Revelin Club, situado en una fortaleza de más de cinco siglos de antigüedad. Si bien no son sitios baratos (suelen pagarse más las vistas que otra cosa), una visita puede merecer la pena.
Por último, uno de los más reconocidos clubs es el Lazareti. Aunque su especialidad es la música electrónica, también organizan actuaciones en directo y exposiciones variadas de cuando en cuando. Un must para conocer la verdadera noche en Dubrovnik.
Foto | Luca Sartoni