Lo mejor de Bruselas está en la Grand Place.

Una cosa es segura en tu próximo viaje a Bruselas: no volverás sin haber pisado la Grand Place por una u otra razón. Porque esta particular plaza es, podría decirse sin miedo a meter la pata, uno de los lugares más famosos y con el mejor ambiente de la capital belga. ¿Fama y ambiente? Razones más que suficientes para empezar a considerar una escapadita europea en las próximas fechas.

La Gran Place invita a querer quedarse en ella desde primeras horas del día: está rodeada de edificios monumentales y, lo más importante incluso, está repleta de terrazas en las que dedicarse a disfrutar como única religión (al menos durante los días que dure el viaje). Sentarse a paladear una cerveza local rodeado del ir y venir de gente es una estupenda forma de aprovechar las horas en la Grand Place.

Además, no rodean la plaza uno ni dos, sino más de diez edificios históricos que bien merece la pena recorrer con la vista (eso si no prefieres entrar a conocerlos en persona): el Hotel de Ville, la Maison du Roi o la Maison des Ducs de Brabant son algunas de las maravillas que le dan el aspecto histórico a la plaza. Vamos, que entre cerveza y cerveza podrás ir haciendo saltos en el tiempo sin mayores problemas

Aparte, la Grand Place es sinónimo de terrazas, bares y restaurantes, que rodean -en gran número- gran parte de la plaza, convirtiendo la plaza en el punto perfecto para dar comienzo a una tarde-noche de lo más animada por Bruselas.

Aparte de las consabidas cervecerías (no dejes de visitar la famosa cervecería Delirium, con un Record Guinness por tener más de dos mil cervezas), la Grand Place acoge la mayoría de las discotecas más conocidas y concurridas de Bruselas, perfecto para no tener que andar desplazándose de un sitio a otro.

Como decíamos al comienzo de este artículo, no te irás de Bruselas sin haber dado buena cuenta de la Grand Place.

Foto: Daniel Lobo