Nadie duda de lo bien que sienta pegarse unos días de playa en los calurosos días de verano: nos lo pasamos pipa en sus chiringuitos -muchos de ellos emplazados sobre la misma arena-, pegarse chapuzones en el agua del mar sienta como volver a nacer y descansar en la tumbona tirando de móvil (no vayamos a desconectar demasiado) es lo único que nos pide el cuerpo.
Pero aparte de lo buenas que son las playas, hay muchas otras formas de disfrutar del sol, del agua y de la calmada orilla sin tener si quiera que pisar la costa. En este artículo te proponemos cambiar la playa de siempre por cualquiera de las increíbles piscinas naturales de las que podemos estar orgullosos en nuestro país…y más concretamente, las que encontrarás en Asturias.
Además de contar con un litoral para no perdérselo, en las zonas de interior de Asturias se pueden encontrar multitud de piscinas naturales y diversas zonas de baño en emplazamientos si cabe más increíbles que la playa. La nota dominante en todas ellas es encontrarse en plena naturaleza, rodeadas de cascadas como duchas gigantes y muchas de ellas con aguas cristalinas perfectas para bañarse sin miedo a ser arrastrados por la corriente.
Una poza natural perfecta para empezar a disfrutar de las aguas de interior está en Cangas de Onís, en la llamada Olla de San Vicente. Hay numerosas cascadas que se suceden a lo largo del río Dobra, acabando en esta fantástica piscina natural perfecta para unos baños en pleno territorio salvaje. Tiene aguas poco profundas y es perfecta para echar el día a remojo. Eso sí, cuidado con las piedras y los resbalones.
O en Llanes, donde la conocida Playa de Gulpiyuri (ojito con el nombre) se ha hecho un hueco en la cultura popular por ser la playa más pequeña del mundo. Lo que la hace tan especial es que no está abierta al mar, sino que, al contrario, está a espaldas del mar. ¿Cómo es posible tal paradoja? Se trata de una formación similar a una piscina natural separada del mar debido -dicen los expertos- al hundimiento de una caverna, de forma que puede entrar tanto el agua del mar como el oleaje.
Estás son solo dos de las muchas formas de disfrutar de las piscinas naturales de Asturias. ¿Te apuntas a descubrir la siguiente en la lista?
Foto: David Ceballos