A poco que conozcas lo básico de la costa española sabrás que, si hay un lugar de playa dedicado en cuerpo y alma al windsurf (y otras modalidades deportivas), ese es Tarifa. Lo que tal vez no sepas es que Tarifa es mucho, mucho más que simplemente tablas de llamativos estampados y surferos cabalgando las olas al son de los vientos gaditanos.
Para empezar, Tarifa se encuentra a poco más de media hora de Jeréz de la Frontera, lo que la hace muy accesible desde cualquier lugar. Y aunque es cierto que hay más de treinta puntos entre Tarifa y Punta Paloma en los que practicar windsurf y kitesurf, también hay muchos más planes para quienes no quieren dedicarse a deslizarse sobre el agua la totalidad de sus días de playa.
Por ejemplo, acercarte a la Playa de Bolonia, una de las pocas playas que aún pueden considerarse vírgenes en la península. Se trata de una larga lengua de arena en forma de gigantes dunas que se extiende a lo largo de casi cuatro kilómetros (¡casi nada!), con piscinas naturales y situada entre pinares para darle un aspecto más salvaje, si cabe.
Si el cuerpo te pide conocer la fauna marina propia de Tarifa, una gran opción con la que tal vez no contabas es la de apuntarse a un plan para el avistamiento de ballenas y delfines. ¿Y si estos animalitos no están por la labor de salir a la superficie? No te preocupes, por esto precisamente cuentan los barcos con un fondo de cristal que permitirá ver de primera mano lo que se cuece en las profundidades marinas.
¿Más planes para conocer Tarifa de cabo a rabo? Si te gusta la historia antigua y disfrutas como nadie con unas ruinas en condiciones, una visita a las ruinas romanas de Baelo Claudia es una visita obligada para ti. El yacimiento arqueológico lleva en su sitio desde el siglo II a.C., y es una de las muestras mejor conservadas del urbanismo romano.
Como ves, muchos planes para hacer de tu viaje a Tarifa una experiencia inolvidable. En Iberia te lo ponemos pero que muy fácil con nuestros vuelos a Jeréz de la Frontera.
Foto: Hernán Piñera