Con el sol prácticamente garantizado y apenas posibilidades de lluvia en el parte meteorológico, Tenerife es el destino perfecto para un viaje en Semana Santa con el que darle una merecida bienvenida a la primavera. Tienes playas, piscinas naturales y, por encima de todo, el buen rollo canario que te va a envolver desde el momento en que pongas un pie en la isla.
Además, la isla de Tenerife es perfecta para una escapada de cuatro o cinco días llena de planes con los que recorrerla de principio a fin. Puedes centrarte en primer lugar visitando la zona norte de la isla, donde ya tienes infinidad de planes para hacer, e ir bajando hacia el sur haciendo parada y fonda allí donde te lo pida el cuerpo.
En primer lugar, Santa Cruz de Tenerife siempre se prestará a una visita para pasear por sus calles, visitar alguno de sus mercados y prepararse para dar un salto a una de las playas indispensables en el norte de la isla, la Playa de las Teresitas. Dada su cercanía a la capital, se trata de una playa de lo más animada en cualquier momento del día, así que prepara el bañador y relájate en cualquiera de sus chiringuitos.
Otros pueblos que te van a encantar en el norte de Tenerife es San Cristobal de la Laguna, donde son típicas sus casas de estilo colonial y los antiguos palacetes que hay repartidos por el pueblo. Y si quieres ponerle el broche a un viaje para ver y conocer lo más auténtico de Tenerife, la Villa de la Orotava también es un pueblo en el que pasar una mañana tranquilamente. Y cómo no, un plan que no puedes perder de vista en Tenerife es la visita al Parque Nacional del Teide.
Y si lo que quieres es pasar unos días de playa, el sur de Tenerife tiene todo lo que vas a necesitar: extensos arenales, acantilados para quitar el hipo y un ambientazo garantizado a lo largo de toda la Semana Santa.
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Foto: MarzinJozwiak
