Roma está en el corazón de todos. Raro es el joven que no ha viajado por estudios a la capital de Italia o que no cuenta con montones de anécdotas protagonizadas en sus históricas calles. Roma es un imprescindible del país, de Europa y del mundo. Sus edificios y vestigios, muestras de una civilización perdida sin la cual la nuestra no existiría o, como mínimo, sería muy diferente a como es, dan para mil y una fotografías. Que si el Coliseo, que si el Foro Romano, que si el Museo Vaticano… la lista es larga e interminable, así que más vale ahorrarse las palabras. En cualquier caso, ¿quién quiere visitar un pedazo de Roma de una manera original, activa y diferente? ¿Tú? Entonces, te presentamos la ruta en bici por la Via Appia Antica, un plan divertido para una mañana en Roma.
La ruta en bici por la Vía Apia Antigua (que de hecho es un bello parque y una zona protegida) parte de la Puerta de San Sebastián y discurre entre monumentos y tumbas. Lo primero que necesitarás antes de arrancar a pedalear será (obviamente) una bici. De no contar con la tuya propia, deberás dirigirte a alguna de las empresas que las alquilan, como por ejemplo la del punto de información en via Appia Antica 58/60. El plan sale barato: el precio del alquiler de bicicletas suele rondar los 3 euros para las tres primeras horas.
Entre pedal y rueda, te quedará tiempo para las paradas históricas. No en vano, en el camino podrás visitar las Catacumbas de San Calixto, así como la Basílica y las Catacumbas de San Sebastián. Son 17 kilómetros de fácil ruta, exceptuando algún tramo con piedras originarias en los que se aconseja no ir en bici o extremar las precauciones. A los menos acostumbrados a montar os gustará saber que en su mayor parte la ruta discurre sin tráfico. Recuerda que estarás circulando en un pedazo de historia, ¡disfrútalo y siéntete especial!
¡Ave César! Los que van a volar a Roma te saludan. Disfruta de un día en bici por la reina de las antiguas calzadas romanas… Pedalea por la Vía Apia Antigua y sé muy feliz… Vuela a Roma y sé aun más feliz gracias a los descuentos que la compañía te ofrece por ser estudiante o menor de 30 años. ¡Salve, querido Erasmus!
Foto| Chen Kirin
