Siendo la principal puerta de entrada al continente africano, visitar Tánger es una forma increíble de cambiar el telón de fondo sin apenas darte cuenta del viaje (situado en el extremo norte del continente, lo tenemos a tiro de piedra). En poco más de una hora de viaje (1h20m desde Madrid) darás un salto desde la modernidad propia de tu ciudad hasta la esencia marroquí en todo su esplendor.
En contra de lo que puedas pensar, Tánger es una ciudad cosmopolita que se muestra abierta a recorrer todos sus rincones con toda tranquilidad. Los edificios, las calles y el ambiente en general contribuyen de manera conjunta a que sientas que estás en otro mundo, especialmente cuando llegas a la medina. Es caótica, está plagada de estrechos callejones y calles que parecen llevar a ningún lado, pero te encantará dejarte llevar por los sonidos y esencias que habitan entre rincón y rincón.
Si quieres echarte unas risas y además conocer la ciudad desde otra perspectiva, te recomendamos animarte a dar un paseo en dromedario con tus amigos. Desde el momento inicial de subirse a lomos de este enorme camélido, las imágenes compartidas en Instagram y algún tweet inoportuno están garantizadas. Después de un par de intentos, te verás encima de un animal de casi dos metros y comenzará un paseo para no olvidar en la vida.
Aparte de conocer la ciudad de Tánger, una de las visitas obligadas que jamás faltarán en toda guía de viaje a Tánger son el Cabo Espartel y la Gruta de Hércules. Ambas excursiones están a unos veinte kilómetros de Tánger (hay taxis que no te costarán más de quince euros por trayecto), y son una escapada directa a la tranquilidad de las aguas del estrecho de Gibraltar.
El Cabo Espartel es el punto en el que confluyen las aguas del Mediterráneo y del Atlántico, desde donde podrás imaginarte cientos de barcos cruzando el umbral de las dos aguas a lo largo de la historia sin saber lo que encontrarían al otro lado. Por su parte, la Gruta de Hércules (a unos cinco kilómetros del Cabo Espartel) es un conjunto de cavernas que también merece la pena visitar, con su leyenda mitológica incluida.
¿Tienes un par de horas para viajar a una cultura totalmente diferente? Pon rumbo a Tánger y no te arrepentirás de haber dado el salto de continente.
Foto | Hernán Piñera