Palermo es perfecta para dejarte llevar caminando de un lado a otro con la mayor tranquilidad del mundo. La gente es agradable, les gusta vivir su ciudad y especialmente por las noches, el ambiente es fabuloso en Palermo. Además, multitud de bares en la zona centro congregan gente joven con ganas de charla y diversión.
Dentro de la misma ciudad tienes un montón de visitas interesantes para, como decimos, marcarte una ruta de caminante e ir conociendo lo más destacado de Palermo al ritmo que marque la solana. Por ejemplo, la Catedral de Palermo y las increíbles vistas de la ciudad desde sus terrazas (el acceso es gratuito). Después, una cerveza helada en los locales de las inmediaciones y a por la siguiente visita.
Otra visita curiosa de la que seguro habrás escuchado hablar en Palermo son sus catacumbas. Si bien se trata de una de las visitas más curiosas dentro de la ciudad, no es una excursión apta para los más aprensivos. Lo bueno es que de camino podrás pasar por el Palacio de los Normandos, que merece mucho la pena. Suele albergar exposiciones interesantes, lo que es un plus adicional para acercarte a conocerlo.
Y si quieres coger el coche y moverte un poco, hay dos visitas que no puedes dejar de incluir en tu viaje a Palermo. A pocos kilómetros está la Catedral de Monreale, un edificio espectacular se mire por donde se mire. Pero lo mejor de todo es que si decides echarle una horita y media en coche desde allí, llegarás a uno de los recintos arqueológicos más espectaculares de Europa: las ruinas griegas de Selinunte.
El recinto arqueológico de Selinunte se encuentra en un alto rocoso frente al mar, por lo que su emplazamiento es aún más espectacular si cabe. Se divide en distintas áreas (Templo de Apollo, Templo de Hera, la Acrópolis…) y muchas de las antiguas construcciones permanecen prácticamente intactas. Sin duda, un lujo poder contemplar los restos de una civilización histórica.
¿Te esperabas todo esto en Palermo? ¡Estás tardando en reservar tus vuelos y poner rumbo a la ciudad más mágica de Sicilia!
Foto | Massimo Frason
