
Si no conoces Cantabria, no sabes la cantidad de cosas chulas que se pueden organizar para pasar unos días realmente divertidos. Tiene montañas en las que respirar aire puro, playas por un tubo y una infinidad de sitios donde comer al estilo cántabro: en cantidad y para todos los bolsillos. Y si todo esto no fuera suficiente, la aventura en Cantabria está más que garantizada.
¿Te imaginas saltando de una montaña a otra a cientos de metros de altura? Esto es posible si te atreves a subirte en uno de los teleféricos que conectan los Picos de Europa entre sí. El más famoso teleférico de los Picos de Europa está en Fuente dé, y es toda una experiencia solo apta para quienes no padecen vértigo al surcar las alturas (no te pierdas el paisaje que se ve desde el mirador en la estación final del teleférico, a más de mil ochocientos metros de altura).
Cerca de Santillana del Mar tienes las cuevas de Altamira, otra buena dosis de aventura si te apetece marcarte un viaje en el tiempo unos treinta mil años. De esa fecha datan las pinturas rupestres que adornan las paredes de las cuevas, que pese a estar protegidas, merecen mucho la pena. Eso sí, la visita es con lista de espera, así que no te lances a visitarlas sin la confirmación contigo.
Otro plan para llenar tu viaje a Cantabria de emoción son las actividades de canoa en las aguas bravas del río Asón. Además, están perfectamente preparadas para que solo tengas que divertirte: canoas, palas, chaleco salvavidas, traje neopreno, seguro y transporte. Y después de un trepidante descenso del río, nada como sentarse a una terracita para comer a gusto rodeados de un paisaje único.
Todo esto y mucho más es lo que tiene Cantabria, para quienes buscan emoción en sus viajes (rapel, paseos a caballo, parapente, espeleología…). Solo tienes que elegir tu plan y reservar vuelos a Santander.
Foto: Urti2009