
Fiesta y diversión a ritmo de beat suelen ser lo primero que nos viene a la cabeza al pensar en la isla de Ibiza. Y es que se trata sin duda de un destino único para vivir de primera mano una experiencia inmersiva dentro de la música electrónica más envolvente, atractiva y cautivadora, por lo que su fama es más que bien merecida.
Pero no todo es fiesta en Ibiza, ni mucho menos. La isla balear da para mucho más, incluso para quienes buscan un viaje más completo que permita combinar el ocio festivalero con planes diferentes que den un poco de tregua entre fiesta y fiesta. Y uno de estos planes es la visita obligada a Dalt Vila, como se conoce a la zona amurallada de Ibiza. Un pequeño reducto del siglo XVI que te mostrará desde el minuto uno la importancia estratégica de Ibiza en el mundo antiguo.
Así que por fin habéis decido pasar la tarde acercándoos a Dalt Vila, un espacio más llamativo si cabe cuando venimos de una fantástica noche en los habituales Pachá, Amnesia o Bora Bora. Una vez atravesadas las murallas, perderse por sus callejones es parte del culto a este recinto medieval. De ahí a seguir paseando entre las tiendas, mercadillos y restaurantes propios de Dalt Vila para acabar en cualquiera de sus miradores, desde donde la perspectiva da una idea del control que tenían los ibicencos sobre el Mediterráneo.
Y para seguir con planes para disfrutar de la magia amurallada de esta zona, una propuesta más que recomendable cuando llega el buen tiempo es el de acudir al cine que organizan al aire libre en Dalt Vila, desde donde disfrutar al más puro estilo ibicenco de la gran pantalla en un cómodo puf y a ritmo de tu bebida favorita. Lo organiza Cinema Paradiso y su programación está semanas antes en su página web, por lo que puedes (y debes, si no te lo quieres perder) reservar tus entradas con antelación para no perderte esta experiencia única de cine entre murallas medievales.
Foto | Steve P 2008