
Sólo hay una forma de contemplar la ciudad de Caracas junto al azul del mar Caribe y su nombre es el cerro de Ávila. La ruta más recomendable para llegar no es ni a pie ni en coche sino en teleférico, concretamente en el Warairarepano. Su nombre es algo peculiar y es que procede de una tribu que hace tiempo habitaba en el pie de la montaña. A día de hoy también recibe el nombre de teleférico de Caracas, mucho más sencillo.
Subidos en la cabina que tiene capacidad para 8 personas, serán 15 ó 20 minutos los que tardaréis en recorrer 3,5 Km para subir a 1.100 metros de altura. Al llegar, no sólo os esperan las ansiadas vistas del mar y la ciudad, sino que las actividades destinadas a los turistas son numerosas. Espectáculos, paseo a caballo, restaurantes típicos, bailes tradicionales… parece que no os aburriréis durante vuestra estancia. Incluso podréis patinar en la pista de hielo de 470 metros cuadrados, eso sí, id abrigados.
Para los que prefieren posponer el patinaje lo recomendable es subir al cerro sobre el mediodía, de este modo podréis aprovechar las diversas excursiones que se realizan desde el cerro. Destinos como el hotel Humbodt, la Colonia Tovar o el pueblo de Galipan son algunas de ellas. Distribuiros bien el tiempo a ver si sois capaces de realizarlas todas 🙂
Foto| Gezric