Acaricia el cielo en la Torre de la Televisión de Shanghai

Tu próximo vuelo a Shanghái se te va a pasar en un abrir y cerrar de ojos con tan solo pensar en la espectacular ciudad que espera a tu llegada, repleta de contrastes entre lo antiguo y lo moderno, todo ello dispuesto entre jardines y ornamentos dorados que te recordarán en todo momento la riqueza y el poder de las antiguas dinastías chinas.

Si quieres sentir la potencia financiera de una de las naciones más poderosas del mundo, la zona de Bond es tu punto de referencia para comenzar. Esta zona es conocida popularmente como el Wall Street de Oriente por las evidentes similitudes con la emblemática calle de la ciudad de Nueva York (la imponente figura del toro de bronce en plena calle puede dar buena cuenta del parecido), donde ejecutivos y brokers caminan con la fatiga de las grandes transacciones a sus espaldas.

Después y para darle un poco de nostalgia imperial a tu viaje a Shanghái, nada mejor que una buena ración de templos budistas para sentirte parte de una cultura única en el mundo. El primero de éstos es el Templo del Buda de Jade, con sus famosos buda sentado y buda reclinado (no tardarás en apreciar la variedad de posiciones cuando se trata de este tipo de esculturas).

El segundo templo a visitar es el Templo Jing´An, el más antiguo de todo Shanghái. Además de contar con una arquitectura espectacular, su emplazamiento cerca de los altos rascacielos que parecen tocar las nubes lo hace aún más pintoresco.

Y para tener una perspectiva a vista de pájaro de la ciudad de Shanghái, una visita que estás tardando en apuntar es la subida a la Torre de la Televisión, popularmente conocida como la Perla de Oriente. Cuenta con un mirador con vistas a 360º elevado a más de 260 metros de altura y un suelo acristalado desde el que asombrarse con la espectacular altura del rascacielos.

¿Te sientes a tus anchas en las alturas? Para que no sea por falta de opciones, en Shanghái encontrarás otro par de miradores impresionantes, el Shanghai World Financial Center y la Torre Jin Mao, ambos con unas vistas espectaculares tanto de día como de noche.

Foto | Stefan Wagener