¿De Erasmus en Holanda? Aprovecha nuestros consejos para conocer barrios no tan conocidos o algo tan típico de Ámsterdam como sus molinos.
Apostamos lo que sea a que si te hacemos pensar en Holanda, una de las primeras imágenes que asaltará tu joven cabeza será la de un molino. El porqué no lo sabemos a ciencia cierta, aunque quizá sea debido a que se trata de edificios que transmiten alegría y que son ciertamente peculiares.
Sería una pena que te fueras de Ámsterdam sin conocer sus molinos más importantes. Te imaginamos pedaleando con un grupo de amigos, con el viento en la cara, y admirando de cerca a estos gigantes arquitectónicos, tan propios del país. Pues bien, que un Erasmus viva esta experiencia en Ámsterdam es más fácil de lo que crees, ¿te parece que pasemos a los consejos prácticos?
En la Venecia del Norte quedan 8 molinos, de los que solo uno puede visitarse por dentro: el “Molen van Sloten” (Molino de Sloten), en Akersluis 10, del cual te podemos relatar 3 datos curiosos e interesantes:
1_Funciona de verdad, con lo que podrás ver sus aspas al viento.
2_Contiene una presentación audiovisual sobre la vida de Rembrandt, “Rembrandt in the attic”, que seguro te gustará.
3_Sloten, el pueblo que da nombre al molino, alberga la comisaría más pequeña de los Países Bajos, así como un pilote de destierro del s. VIII que antaño marcaba el límite para que los criminales no se acercaran a Ámsterdam.
Molinos cerca de Ámsterdam
Lo mejor para disfrutar del paisaje y de los molinos es salir de la ciudad.
Por eso, a pocos kilómetros de Ámsterdam te espera una sorpresa en forma de museo al aire libre, «Zaanse Schans», que entre otras maravillas atesora 8 molinos envidiablemente conservados. Aunque eso no es lo mejor, ¡la entrada es gratis! Llegar a «Zaanse Schans» desde la Estación Central de Ámsterdam es muy simple: sólo tendrás que subir al tren a Koog-Zaandijk (15 minutos); de ahí, el complejo queda a 10 minutos a pie.
Haznos caso y disfrutarás de un gran viaje de estudios a Ámsterdam por poco dinero. Palabra de Iberia Joven.
Foto | Mario Sánchez Prada