Canales, casas de piedra que parecen retar a la gravedad… Ámsterdam, siempre interesante, lo es más si cabe en inverno. Un paseo por sus calles deja con la boca abierta, y la recompensa para los valientes que se abrigan bien es una ciudad más barata, menos masificada y dispuesta a ofrecer descuentos especiales para los jóvenes. Nada mal para un viaje de estudios, ¿verdad?
Ámsterdam es de esos destinos en los que apetece montar en bici. Uno cierra los ojos y se imagina con los amigos, todos pedaleando juntos, entre risas y protagonizando un divertido paseo por los canales y las calles empedradas. Lo que pasa es que la realidad no siempre es tan idílica. Pedalear en Ámsterdam tiene su misterio y puede llegar a ser un reto, puesto que la conducción a veces requiere de bastante pericia. Sin embargo, esto no pasa en Noord, donde la cosa se simplifica y el trazado es más tranquilo.
Así que, ¿cómo queremos recorrer este barrio tan original? ¡Pues a golpe de pedal! El plan que proponemos es alquilar una bici “vintage” y perderse por Noord. Piezas retro de los 60 y 70 que son auténticas obras de arte. Cómodas, plegables, llamativas, que dan el cante… Es tan sencillo como montarse gratis en el ferry a Buiksloterweg. Y desde ahí, para llegar a los lugares de interés -tanto por libre como apuntándose a alguna de las excursiones organizadas-, la ruta siempre tiene sabor a espíritu alternativo.
De compras por el barrio de Noord y su rollo “vintage”
La tentación tiene forma de tienda retro. Por eso Noord es tan, tan atrayente.
Una de las cosas más interesantes que pasan en el área norte de Ámsterdam y que nadie se debería perder es el mercadillo IJHallen. Se trata de una oportunidad para disfrutar comprando, a los mejores precios, ropa y objetos de segunda mano.
IJHallen, que se celebra dos veces al mes, está considerado como el mercadillo más grande de Europa. La entrada cuesta 4,50 euros, un precio regalado si se tienen en cuenta todas las joyas que se pueden cazar en su interior. Un consejo: vale la pena reservar un buen par de horas para explorarlo.
Foto| Richard P J Lambert