Cayo Hueso (Key West desde más recientemente) es una visita obligada desde la ciudad de Miami, tanto si estamos de paso por allí (salen multitud de cruceros desde este soleado punto de la hermosa Florida) como si hemos decidido pegarnos un viaje por la costa este norteamericana para concluir jubilándonos un par de días o tres en este punto de encuentro para artistas, empresarios y otras personalidades.
Este pequeño cayo (isla pequeña, llana y arenosa por definición) no solo es el punto más meridional de Estados Unidos continental –la ciudad de La Habana está a tiro de piedra a no más de 170 kilómetros de distancia-, sino que es el destino perfecto para relajarse y encontrar la inspiración que ya en su momento encontró Ernest Hemingway para dar rienda suelta a su creatividad ante la máquina de escribir.
En cuanto al origen de su nombre, muchos lo atribuyen a los restos de huesos pertenecientes a un viejo cementerio indio, o incluso a un antiguo campo de batalla en la zona. La especulación está servida en este destino que es bien conocido por su eterna fiesta, fácilmente identificable en calles siempre exultantes en jolgorio como Duval Street, uno de los puntos neurálgicos en Cayo Hueso. Si no has quedado satisfecho con la vida nocturna de South Beach, en los cayos te lo van a poner en bandeja.
Aparte del sol, las playas de aguas cristalinas y la tranquilidad propia de un destino elegido por miles de personas para disfrutar de una vida tranquila, la isla de Cayo Hueso despertará tu interés por las viejas leyendas de conquistadores, piratas y exploradores submarinos que se han ido sucediendo a lo largo de los años.
Si decides darte el salto hasta Cayo Hueso, no dejes de alojarte por al menos un par de noches en uno de sus pequeños pero encantadores hoteles (Inns), que serán el punto de inflexión perfecto para que decidas si dedicar el día al disfrute del particular clima de los cayos o a hilvanar historias novelescas al más puro estilo Hemingway.
Imagen | Elin B
