Por el día, encontrarás en Budapest todo lo que una ciudad llena de monumentos históricos y parques llenos de acción puede darte: buenos paseos de un lado a otro, la relajación de visitar una ciudad increíble sin ninguna prisa (tienes tropecientos museos para satisfacer tu yo más interesando en la cultura y el arte) y la ocasión de vivir la ciudad como un local más.
Además, puedes recorrer la ciudad apuntándote a un Free tour (visitas dirigidas por guías voluntarios que te contarán todos los secretos de Budapest al módico precio de la voluntad). Este tipo de tours resulta especialmente útil si quieres conocer lo más representativo de las dos partes en las que se divide de la ciudad: Buda (la parte antigua, dominada por el Castillo de Buda) y Pest (la parte nueva), unidos por el famoso Puente de las Cadenas. Dirigiendo una especial mirada -como no- a los puntos más emblemáticos de cada una de las dos zonas: el Parlamento Húngaro, la Plaza de la Libertad y muchos otros puntos igual de remarcables.
Y cuando, una vez cumplidas las visitas turísticas de rigor, la tarde empiece a dar paso a la noche, Budapest se viste de largo para una noche sin fin donde la fiesta se empieza a cobrar sus primeras víctimas: cientos de locales y visitantes que ponen rumbo a la multitud de pubs y discotecas en los que bailar hasta que empiece a despuntar el sol de la mañana, unas cuantas copas después.
Un buen punto de partida está en el propio centro de Buda, una zona con un gran ambiente y hasta arriba de terrazas, bares y restaurantes. Todo ello rezumando gente con muchas ganas de pasarlo bien. Y aparte de la gran oferta de ocio nocturno, un punto extra para Budapest está en sus precios la mar de asequibles, por lo que tomarte un par de copas no supondrá un roto para tu economía.
Y si lo que quieres es sentir que dominas la noche desde lo más alto de Budapest, no hay un planazo mejor que comenzar por uno de los muchos rooftops que le dan un golpe de exclusividad y elegancia a la noche. Son perfectos para una cena relajada al ritmo de la música lounge, seguida de tu cóctel favorito y el consiguiente cónclave para decidir hacia donde dirigir los pasos siguientes. El punto de inflexión perfecto para continuar a lo largo de una noche cargada de emociones.
Foto | Graham Stanley