Si pensabas que los principales atractivos para visitar el País Vasco eran su gastronomía, sus playas y la buena onda que se respira cuando llega el momento de divertirse, no andabas por el mal camino. Pero además de todo esto, el País Vasco cuenta con un aliciente más por el que cada vez más gente se acerca a visitar estas tierras del norte bañadas por las refrescantes aguas del Cantábrico: sus impresionantes acantilados.
Y es que, si de algo va sobrado el norte, es de carreteras serpenteantes que discurren entre montañas con el mar como telón de fondo. Por eso no hay mejor forma de conocer el País Vasco que hacerlo en una ruta a través de la que ir recorriendo los rompientes más espectaculares que puedas imaginar.
Uno de los lugares más impresionantes está en San Juan de Gaztelugatxe, una escueta península coronada por un alto peñón al que se accede después de atravesar un estrecho sendero empedrado situado en las alturas. Se encuentra a unos cuarenta kilómetros de Bilbao y es una de las maravillas naturales más increíbles de España, además de ser un lugar de peregrinaje para los miles de fans de Juego de Tronos.
Otra zona de acantilados para caerse de espaldas está en Zumaia, donde se encuentra la famosa Ermita de San Telmo. Desde la parte más alta de sus acantilados (no apto para quienes padecen vértigo) podrás disfrutar de una vista impresionante de la playa de Izurun y de las formaciones rocosas más famosas en la costa vasca: sus famosos flysch.
Aparte, una de las estampas más míticas en la costa vasca es el Ratón de Guetaria, una atalaya desde la que antiguamente solían divisarse ballenas o barcos procedentes de todas partes del mundo. Ahora es un monte al que se puede ascender para disfrutar de unas vistas inmejorables sobre la costa vasca a su alrededor.
Si te gustan las emociones fuertes, la ruta de los acantilados del País Vasco son tu opción para este verano. Reservando tus vuelos baratos a Bilbao con Iberia, la costa vasca estará más cerca que nunca.
Foto: Ariel Lebtun