Lujo en las casas flotantes de Amsterdam

No se puede hablar de Ámsterdam sin detenerse a comentar sus canales y cómo éstos articulan prácticamente toda la ciudad desde el agua. Tanto es así que un plan que querrás repetir sin dudas es el de recorrer sus canales en una barca privada, por un módico precio que podréis repartir entre cinco personas o más. Unas pipas y refrescos es todo lo que necesitaréis para una agradable travesía fluvial antes de pisar tierra firme.

Aparte de la experiencia de manejar el timón de la embarcación y apretar a tope el acelerador (aunque su velocidad punta no es precisamente la de una lancha de competición), resulta de lo más entretenido coger un mapa de Ámsterdam e ir asegurándonos de recorrer la ciudad de punto a punto. Las mansiones que bordean la rivera del río suelen abrir sus cortinas de par en par para dejar ver el auténtico lujo de las clases más acomodadas, y los aplausos que recibiréis al pasar bajo cualquiera de sus puentes será motivo de celebración a bordo.

Dicho esto, uno de los elementos más llamativos que encontrarás al recorrer Ámsterdam en barca son las famosas casas flotantes que permanecen fondeadas a ambos lados del río. Se trata de un tipo de viviendas que empezó a ponerse de moda a mediados del siglo pasado, cuando multitud de embarcaciones fueron puestas a la venta para ser empleadas como viviendas. Ahora están muy demandadas y se han convertido en un bien codiciado por muchos.

Lejos de tratarse de pequeñas e incómodas viviendas de viejo marinero de agua dulce, algunas de las casas flotantes que podrás ver por allí son verdaderas viviendas de lujo. Como salidas de revistas de decoración, estas las casas flotantes cuentan con todas las comodidades de una vivienda de alto nivel. Y si quieres vivirlas desde dentro, en el Houseboat Museum podrás visitar una auténtica casa flotante.

Ámsterdam está llena de sorpresas, ¿empezamos a planear tu próximo viaje a la capital de los canales?

Foto | Djedj