Los que estudian en Milán tienen el deber y el derecho de exprimir al máximo su elegancia, su sofisticación y su cultura: esas obras de arte que solo Italia se puede permitir.
En esta ocasión le toca el turno a uno de los imprescindibles culturales de la ciudad y, por qué no decirlo, del mundo entero. Nos referimos a contemplar en vivo y en directo una de las creaciones artísticas más célebres del planeta: La Última Cena.
Una obra que sufrió lo suyo en el pasado, ya que en su momento fue objeto de tiros y bombardeos. Hoy en día, y gracias a las tareas de restauración, la pintura luce de nuevo en todo su esplendor, y permite quedarse embelesado cuando se aprecian todos sus matices. Verla de cerca es una experiencia de lo más emocionante.
La suerte es que la célebre obra de Leonardo Da Vinci aún se puede admirar en su ubicación original, que no es otra que la pared del comedor del antiguo convento de los dominicos de Santa Maria delle Grazie. Esta, siendo sinceros, es una construcción discreta que probablemente no atraería a tantos visitantes si no fuera por la joya que esconde.
Los jóvenes están de enhorabuena. Las personas con edades comprendidas entre los 18 y 25 años se ahorran un dinero y pagan solo la mitad, es decir, 5 euros en lugar de 10. Un último dato muy importante: para poder ver la pintura hay sí o sí que reservar las entradas, y conviene hacerlo con bastante antelación. Solo unos pocos privilegiados pueden conocerla a la vez.
P.D.: ¿te interesa Milán? También hemos hablado de su wifi gratis y su vida nocturna.
Foto | Dimitris Kamaras