¿Pensando en universidades? Estudiar en la novedosa Facultad de Comunicación de la Universidad de Montevideo es una excelente opción para pasar una temporada inolvidable en la capital uruguaya.
Se inauguró el pasado 23 de febrero de 2017, así que el edificio principal está recién salido del horno. De aspecto muy moderno, se asienta sobre las ruinas del ex Asilo Larrañaga y de manera acertada, conserva algunas de sus huellas arquitectónicas. El edificio simboliza una nueva época, y aunque su arquitectura despierta opiniones encontradas, todos coinciden en que se trata de una construcción que ha logrado recuperar una parte de la ciudad. La FIC (tales son las siglas de la facultad) se encuentra en el límite entre Parque Rodó y Palermo.
El barrio Parque Rodó toma su nombre del parque homónimo (el de un importante escritor uruguayo). Su ubicación, a pocos minutos del centro de Montevideo y pegado a la costa del Río de la Plata, es ideal. Entre lagos, teatros de verano, monumentos y fuentes, es normal que el parque urbano José Enrique Rodó, de aspecto soñoliento y decadente, sea zona habitual de paseo de la gente local. A modo de guinda del pastel, un parque de atracciones habita también sus confines, plan que se puede combinar con la música o los puestos de churros y de tortas fritas. En definitiva, el parque José Enrique Rodó es un buen lugar al que acudir a leer, estudiar o pasar el rato con los amigos comiendo algo barato.
En los alrededores de la FIC, como buena zona universitaria que aglutina diversas facultades, se concentra una nutrida oferta de cafeterías y bares informales y económicos. Locales como “La taberna del diablo”, con su carta de ricas y variadas empanadas, tanto al horno como fritas, o “El Tinkal”, para muchos uno de los mejores bares de Montevideo para probar el chivito típico de Uruguay.
En definitiva, son muchos los motivos para estudiar en una capital como Montevideo, hacer unas prácticas o disfrutar de una beca. Uruguay lo vale.
Facultad de Comunicación de la Universidad de Montevideo. San Salvador 1944, Montevideo.
Foto | Gonzalo Díaz Fornaro