De Senegal te hemos contado que en su capital, Dakar, también se puede (y se debe) salir de marcha. Además, de aquel estado de África Occidental sabes que visitar sus mercados es toda una experiencia. Y, ¿qué más? ¿Buscas el ingrediente imprescindible que no debería faltar en tu viaje con amigos por Senegal? Atento, porque ahí van tres de sus fenómenos naturales y culturales más sorprendentes.
Isla de Gorea. Te sorprenderá por su pasado. Situada frente a la ciudad de Dakar, este lugar de interés hace las veces de ración cultural que remueve conciencias.
La isla fue durante alrededor de seis siglos el más importante centro de comercio de esclavos de las costas africanas. Hoy sus calles y casas, llenas de contrastes, son un lugar para la memoria y un referente para la reconciliación, para que aquellos momentos históricos no caigan en el olvido.
Parque Nacional de Niokolo-Koba. Te sorprenderá por albergar los alces de Derby –los antílopes más grandes del mundo–, además de chimpancés, leones, jabalís y leopardos, entre otra fauna impresionante. Dicho esto, dado que el parque se conserva en un estado ciertamente salvaje, ver toda esta fauna no siempre resulta fácil.
En cuanto a la visita en sí, se trata de una excursión de un día que se hace en coche con un guía (este último, requisito indispensable). Merece la pena enfocar la actividad como un safari más barato que los de otros destinos africanos, por lo que no esperes grandes lujos, sino sumar una nueva aventura. Por último, no olvides evitar la estación de lluvias (de junio a octubre), cuando el Parque de Niokolo-Koba permanece cerrado.
Delta del Saloum. Este paraíso natural al sur de Dakar te sorprenderá porque entre su paisaje se encuentran 218 montículos formados por valvas de moluscos y creados por la mano del hombre, ¡cómo lo oyes! Algunos son verdaderos colosos que alcanzan varios cientos de metros de longitud. Se trata de tan solo un ejemplo de la larga lista de maravillas que contiene esta joya de Senegal que no te puedes perder.
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Foto | Niels Broekzitter
