«Todos los hombres libres, vivan donde vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por ello, como un hombre libre, me enorgullezco de decir: ‘Ich bin ein Berliner’ (Soy un berlinés).»
No lo decimos nosotros, sino el carismático JFK. Y es que, ¿quién no siente amor por Berlín? Ciudad cambiante como ninguna, en ella encuentran su sitio becarios, Erasmus, universitarios, jóvenes en viaje de estudios y estudiantes de alemán. Berlín es para todos y por eso, el plan que te proponemos se adapta a cualquier día y situación. ¿La idea? Quedar para almorzar en alguno de los muchos restaurantes para comer rico y barato de Savignyplatz, y pasar una tarde conociendo la plaza y sus alrededores.
Cuando de comer se trata, una de las opciones más conocidas por la zona es el “12 Apostel”, un local amplio de horario flexible y ambiente barroco. Otra alternativa más exótica es un pequeño restaurante vietnamita, el “Saigon Green” (Kantstraße 23), que con sus buenos precios y raciones generosas, convence.
Y de postre, retrocederemos un poco en el tiempo y en el espacio. Nos apostamos lo que sea a que, en el camino desde la estación de “S-Bahn” hasta la plaza, te habrá llamado la atención un salón de té con una impresionante e irresistible vitrina de tartas monumentales y ricos pasteles. Se trata de la pastelería “Der Kuchenladen”, también en Kantstraße pero en el 138, a la que vale la pena volver. La decoración, rosa y algo cursi, no empaña la variedad y calidad de las tartas, de todos los colores y sabores imaginables. “Der Kuchenladen” es un local pequeño con apenas un puñado de mesas, así que prepárate para esperar, ¡no te arrepentirás!
Y para bajar todo lo comido, desde Savignyplatz podrás ir paseando hasta Ku’Damm (a pie son unos 15 minutos), una de las avenidas más famosas de Berlín. Allí, podrás visitar la “Gedächtniskirche”, la iglesia del recuerdo, o curiosear en sus tiendas, principalmente de marcas conocidas y franquicias.
Foto | Oh-Berlin.com